La leche materna es la mejor opción para la alimentación infantil durante los primeros meses de vida. Pero a veces, debido a enfermedades de la madre o del niño o por otros motivos como psicológicos, sociales o laborales, no se inicia la lactancia materna o si se hace, se suspende temprano. En estos casos se debe utilizar un sucedáneo de la leche de madre: la leche artificial, también llamada fórmula adaptada, que generalmente es un producto derivado de leche de vaca. Es por este motivo en el que aparecen en escena las tetinas y biberones.
En el uso de estos elementos se deben seguir algunos consejos que contamos a continuación.
Las tetinas y biberones
El biberón nos permite saber cuánto alimento está tomando el bebé y evita que nos preocupemos por los medicamentos que esté tomando la madre y que podrían afectarle.
Las leches en polvo o condensadas se deben preparar con agua previamente esterilizada (hirviéndola hasta que el bebé tenga por lo menos seis meses) o con agua esterilizada embotellada especial para bebés.
Uso de tetinas y biberones
Las tetinas y biberones se deben esterilizar antes del primer uso y luego lavarse después de cada toma (esto también es aplicable cuando se administra leche materna previamente extraída utilizando un biberón).
Las tetinas y biberones pueden transmitir bacterias si no se lavan adecuadamente, y lo mismo ocurre con la leche artificial no conservada en envases estériles.
Los biberones que se dejan fuera de la nevera durante más de una hora y cualquier cantidad de leche artificial que quede en el biberón después de una toma deben desecharse. Los biberones preparados no se deben guardar en la nevera durante más de 24 a 48 horas (lea la etiqueta del producto para más información).
Algunos padres calientan los biberones en el microondas durante unos segundos. De todos modos, el microondas no se debe utilizar nunca para calentar biberones porque puede crear peligrosas «burbujas o areas calientes», para evitar su uso, coloque el biberón frío debajo de un chorro de agua caliente durante unos minutos. También puede calentarlo en una cacerola con agua al baño María. Compruebe la temperatura vertiéndose una o dos gotas en la cara interna de la muñeca.
Leche materna vs leche artificial
Ninguno de los anticuerpos más importantes que contiene la leche materna se encuentra en la leche artificial, lo que significa que ésta no proporciona al bebé la protección añadida contra las infecciones y enfermedades que proporciona la leche materna.
Posibilidad de producir gases y estreñimiento. Los bebés alimentados con leche artificial tienden más a tener gases y a evacuar deposiciones más duras que los alimentados con leche materna.
La leche artificial cuesta dinero. Las variantes en polvo son las más baratas, seguidas de las concentradas, siendo las más caras las que se venden listas para el uso. Y las leches especiales (por ejemplo, de soja o las hipoalergénicas) son más caras que las básicas. El coste de alimentar a un bebé con leche artificial básica durante el primer año de vida ronda los 1.500 €.