Enfermedades

Reflujo gastroesofágico en niños y adolescentes

intolerancia

El reflujo gastroesofágico en niños mayores y adolescentes presenta unos síntomas que hay que tener en cuenta para acudir el médico. La alimentación y otros hábitos son factores que hay que cuidar

En muchas ocasiones cuando un niño o un adolescente padece reflujo gastroesofágico, se suele confundir con una mala digestión, a veces con otro tipo de enfermedades como gripe, y no como lo que realmente es, reflujo gastroesofágico, también conocido como ERGE.

¿Qué es el reflujo gastroesofágico?

Durante o después de las comidas, cuando el ácido gástrico sube hacia el esófago, la válvula que se encuentra en la parte inferior del esófago no se abre ni se cierra cuando debe hacerlo. Como consecuencia de esta anomalía se produce el reflujo, una sensación bastante desagradable. Si esto sucede de forma continuada y habitual, es probable que nos encontremos frente al ERGE.

Esta dolencia es bastante común en los bebés, te invitamos a que visites Reflujo Gastroesofágico en Bebés si deseas tener más información. Si observamos que nuestro bebé vomita o regurgita, puede ser un síntoma de esta enfermedad.

Otros síntomas que se suelen dar en niños y adolescentes además del reflujo, suelen ser padecer problemas respiratorios, sufrir inflamación en el esófago o no ganar peso de forma normal.

La ERGE es una forma menos común y más grave de regurgitación. Es posible que los niños y adolescentes reciban un diagnóstico si manifiestan síntomas más de dos veces a la semana y tienen otras complicaciones, entre las que se incluyen problemas respiratorios, dificultad para subir de peso e inflamación del esófago (esofagitis).

Pueden encontrarse complicaciones en el ERGE si este se convierte en habitual, complicaciones que pueden ir desde el sangrado del esófago, problemas respiratorios, dificultades para tragar la comida a la irritación del esófago.
El problema de estas complicaciones es que debido a las dificultades para tragar o molestias varias puede alterar la dieta de los niños afectando en su nutrición e incluso dificultando el aumento de peso.

Síntomas del reflujo gastroesofágico

Aunque la acidez es el síntoma más común en niños mayores y adolescentes, no es el único.
Esta acidez puede durar incluso dos horas después de comer, y durante la comida también se puede aparecer. Algunos de los síntomas más habituales que se pueden encontrar son los siguientes.

Debido a la acidez, tener el gusto de ácido gástrico en la garganta de forma habitual.
Eructar habitualmente y de forma excesiva, tener náuseas, sensación de atragantamiento cuando se come. Sentir malestar e incluso dolor al tragar es otro de los síntomas habituales.
Otros síntomas que pudieran no estar relacionados, pero que sí que lo están son el dolor del tórax que puede empeorar al acostarse. Roncar habitualmente y tener tos.

Es muy importante que si reconocemos alguno de estos síntomas acudamos al médico para que sea él quien haga las pruebas necesarias para poder diagnosticar la enfermedad y aplicar el tratamiento más adecuado, así se podrán recuperar antes, y también evitar problemas de salud a más largo plazo

Causas del reflujo gastroesofágico

No se conocen con certeza cuáles son las causas de este padecimiento en niños mayores y jóvenes, pero sí que hay factores que se pueden relacionar.

Las causas genéticas suelen ser las más habituales, de modo que los hijos que padecen ERGE es bastante probable que o el padre o la madre también la padezca.

La obesidad y sobrepeso también son factores que pueden provocar el ERGE.

La válvula se puede llegar a lesionar debido a accidentes o traumatismos debidos a la práctica deportiva.

Otra causa puede ser que la válvula sea sensible a ciertas bebidas o alimentos.

Cómo se diagnostica el ERGE

Son varias las pruebas que los médicos pueden llevar a cabo para hacer un diagnóstico de la ERGE como son la endoscopia superior, donde a través de una cámara diminuta se observan parte del intestino delgado, el estómago y el esófago. Normalmente en esta prueba se hace una extracción de una muestra (conocido como biopsia) del revestimiento del esófago.

Realizar una radiografía conocida como el contraste de Bario donde se pueden observar anormalidades en el tubo digestivo, además de la irritación del esófago y el reflujo.

La escintigrafía gastroesofágica consta de una serie de radiografías donde se estudia el recorrido que hace un líquido que ha sido ingerido por el niño o el adolescente y se puede observar cómo lo elimina el estómago y la reacción de los púlmones.

Por último, el uso de la sonda de impedancia detectará con precisión el reflujo y la frecuencia con la que sucede.

Cuál es el tratamiento del reflujo gastroesofágico

Hay ciertos alimentos que si se consumen de forma habitual pueden desencadenar el ERGE.

Las salsas de tomate, la cebolla y el ajo. Comidas que contienen muchas especies o están muy condimentadas, la cafeína, las naranjas, limones, mandarinas, en resumen, las frutas cítricas. Tampoco conviene comer verduras ácidas como las espinacas o la batata. Alimentos grasos como los fritos, el chocolate y refrescos con gas.

Pero además de la comida también hay que modificar otros hábitos. En el caso de los adolescentes, si son fumadores o fumadores circunstanciales, deberán dejar de fumar, así como dejar de consumir alcohol.

Mantener una posición vertical mientras se está comiendo y al menos durante la siguiente hora, de modo que la siesta después de comer, en estos casos no es la mejor opción.

Hay que elevar la cabecera de la cama cuando se duerme, alrededor de 20 cm, o elevar la almohada.

Con respecto a las comidas, se deben evitar las comidas copiosas, comer grandes cantidades justo antes de hacer cualquier actividad física, y se recomienda que en las cenas se coma alrededor de dos horas antes de acostarse.

En caso de sufrir estrés, tampoco se recomienda que se coma en exceso.

Perder peso suele ser otra de las medidas para tratar la ERGE, así como evitar usar ropas ajustadas.
Puede ser que el médico prescriba ciertos medicamentos con el fin de acabar con la producción del ácido estomacal, para reducir la frecuencia del reflujo o para ayudar a vaciar el estómago más rápidamente.

En los casos más graves, se puede llegar a la cirugía, cuando surjan complicaciones graves como hemorragias o úlceras.

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