¿Qué es el reflujo gastroesofágico en los bebés?
El reflujo gastroesofágico, también llamada regurgitación, se produce cuando el bebé expulsa por la boca contenido gástrico, normalmente se trata de leche. El contenido gástrico suele ser poca cantidad y se expulsa sin ningún esfuerzo, normalmente por la comisura de los labios. Esta expulsión se suele producir debido a cambios de postura del niño o estress ambiental.
El reflujo gastroesofágico se produce debido a una alteración del cierre de la unión del esófago con el estómago, favoreciendo de esta manera que el contenido gástrico vuelva de nuevo hacia el esófago. El reflujo gastroesofágico suele afectar alrededor de la de los bebés, en mayor medida a los menores de tres meses de edad. A veces se puede terminar de forma espontánea sin necesidad de tratamiento cuando el bebé ronda los dieciocho meses, esto ocurre en el 60% de los casos.
Mientras no afecte al peso del bebé, el reflujo gastroesofágico no es un problema, ya que esto se produce de forma habitual. Sólo en los casos más graves pueden aparecer lesiones en el esófago debido a la acidez de los jugos gástricos.
¿Cuál es la causa del reflujo gastroesofágico?
El reflujo gastroesofágico se debe a una disfunción en las capacidades de cierre del esófago.
Al ir creciendo el niño, el reflujo va mejorando hasta desaparecer.
En los casos más graves puede llegar a provocar problemas neurológicos e incluso de las capacidades psicomotrices. También puede provocar hernia de hiato.
¿Cuáles son los síntomas del reflujo gastroesofágico?
Las regurgitaciones y vómitos suelen ser los síntomas más normales. Pero irritabilidad al la hora de la comida o poco después, rechazo al alimento.
Estos síntomas pueden depender en el bebé dependiendo del grado de reflujo gastroesofágico.
¿Cómo se diagnostica?
En el caso de los bebes que sufren el reflujo gastroesofágico pero no tienen pérdida de peso, no hay necesidad de otros estudios. Pero en el caso de los niños que padecen el reflujo de forma continuada será necesario hacer endoscopias, ecografías e incluso radiografías, para poder localizar las lesiones como la esofagitis (inflamación del esófago).
¿Cuál es el tratamiento para el reflujo gastroesofágico?
Según la intensidad del reflujo gastroesofágico se valorará si el tratamiento es necesario o no.
En el caso de los reflujos más leves, es posible que el pediatra elija como tratamiento un espesamiento de los alimentos a base de harinas de cereales. También existen las fórmulas Anti Reflujo, que son biberones que contienen un agente espesante (harina de algarroba, almidón de arroz o de maíz).
Además se aconseja fraccionar la cantidad de las tomas, aumentando su frecuencia y modificar posturas.
En los casos de reflujo más grave será también el pediatra quien supervise el tratamiento que puede ir desde el uso de medicamentos hasta en los casos más graves, donde será necesaria la cirugía.