Enfermedades

Qué hacer ante la diarrea infantil

intolerancia

Durante la infancia nuestro hijo puede pasar por procesos infecciosos o víricos en el que uno de los síntomas puede ser la diarrea.

¿Qué es la diarrea?

La diarrea se manifiesta con un aumento del número de deposiciones y una disminución de la consistencia de estas, siendo más líquidas y dependiendo del agente que las cause de aspecto mucoso e incluso con presencia de sangre. A pesar de que pueda parecer evidente el saber cuándo un niño tiene diarrea, en ocasiones no lo es tanto ya que tanto la cantidad como el volumen de las heces varían mucho de un niño a otro y varía también según la edad del mismo. Deberemos pues observar si se produce anormalidad en las deposiciones de nuestro hijo. No es extraño que junto con la diarrea se presenten vómitos, nauseas, inapetencia, dolor abdominal e incluso fiebre o febrícula.

Causas de la diarrea

Los agentes causantes de la diarrea pueden ser virus, bacterias, parásitos, medicamentos, una sensibilidad alimentaria y trastornos funcionales. Estos agentes pueden producir una diarrea aguda (si su duración es menor a dos semanas), una diarrea prolongada (si dura más de dos semanas), e incluso una diarrea crónica (si la duración es mayor a 4 semanas). En la mayoría de los casos el proceso cesa en un periodo de 3 a 7 días.

Como hemos visto muchos pueden ser los causantes de una diarrea pero ¿cómo podemos diferenciar su origen? ¿Su tratamiento es el mismo?

Origen de la diarrea

En los países desarrollados lo habitual es que estas diarreas se produzcan por virus, siendo más frecuentes en los primeros meses de vida del niño y en especial en los meses fríos. Por el contrario las diarreas de origen bacteriano son menos frecuentes y suelen presentarse con mayor frecuencia en los meses de verano y afectando más a los niños en edad escolar. No sólo esto diferencia a una diarrea bacteriana de una diarrea vírica ya que las diarreas víricas no suelen acompañarse de mucosidad en heces y sangre, además de presentar febrícula, mientras que en el caso de diarreas bacterianas éstas suelen ser mucho más abundantes, con fiebre alta y la presencia de sangre y moco en heces es habitual, además de tener un olor putrefacto.

Tratamiento de la diarrea

El tratamiento de una diarrea vírica y una bacteriana es diferente pero no debemos olvidar que quien debe diagnosticar y tratar la diarrea es el pediatra. Y lo mismo ocurre en el caso de las diarreas crónicas, las cuales pueden tener muchas causas, como intolerancias alimentarías de diferentes tipos, colitis ulcerosa, etc.

Cuando nuestro hijo presenta un aumento anormal del número de deposiciones, textura y/o color deberemos consultar con nuestro pediatra y en especial si va acompañado de fiebre alta ya que podemos de esta manera evitar posibles complicaciones como puede ser la deshidratación (debida a una pérdida excesiva de agua y electrolitos), la hipoglucemia (bajada de los niveles de glucosa en sangre) y una intolerancia transitoria a la lactosa. En el caso de una diarrea agua lo principal es evitar la deshidratación del niño de manera oral con fórmulas de rehidratación (que aportan también los electrolitos que se pierden junto con el agua). En el caso de que el niño vomite se intentará de nuevo pasados unos minutos a pequeños sorbitos y muy despacio.

Tras la rehidratación lo más importante es restablecer la alimentación, en este punto es donde surgen las dudas sobre cuándo hay que comenzar con la alimentación. Actualmente existe suficiente evidencia científica a favor de mantener la alimentación de manera normal durante los episodios de diarrea, ya que la alimentación precoz favorece la recuperación de la mucosa intestinal de manera más rápida. Dado que en muchos casos el apetito en el niño puede desaparecer con la presencia de diarrea no deberemos forzarle a comer pero deberemos ofrecerle frecuentemente pequeñas cantidades de alimentos que le gusten.

No hay comidas que vayan a «cortar la diarrea«, se trata de darle al niño alimentos que se digieren rápido y que lo alimenten hasta que la diarrea se cure (5 a 7 días). Bien es cierto que el tipo de alimentos que se le debe de dar en este periodo suscita mucha controversia, pero las recomendaciones científicas nos aconsejan:

Que en la primera fase de la diarrea, las grasas y los azúcares simples no son muy aconsejables.

En caso de diarrea en el bebé que se alimenta con lactancia materna, ésta nunca debe suspenderse ni por unas horas.

No es necesario preparar las fórmulas adaptadas más diluidas, así que los biberones tienen que prepararse a la concentración habitual. Si se observamos que la diarrea persiste más de una semana o diez días podemos sospechar una intolerancia a la lactosa utilizar una fórmula sin lactosa durante unas semanas hasta recuperarse la mucosa intestinal.

En los niños sin deshidratación no es necesario suspender la alimentación, aunque si el niño es mayor y tiene dolor abdominal es aconsejable un pequeño período de reposo digestivo.

Lo más aconsejable es recuperar lo más pronto posible la dieta normal para la edad del niño.

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