Orígenes de la patata
La patata es originaria de Perú, donde se pueden encontrar miles de variedades diferentes. Una cantidad importante de ellas no se pueden cultivar fuera del país andino debido a las condiciones climatológicas y agrícolas propias de Perú.
Fueron los españoles en el siglo XVI los que llevaron las patatas a Europa, en principio no se comía, pues se consideraba una planta rara, más tarde se utilizaba para los enfermos.
Uno de los primeros países europeos que empezó a cultivar de forma generalizada la patata fue Irlanda, debido a su clima y a la pobreza que asolaba la isla. Más adelante se fue convirtiendo en uno de los alimentos más consumidos en el continente europeo.
Propiedades nutricionales de la patata
La patata es en un 75% agua y 18% almidón, y además su contenido en grasas se puede decir que es prácticamente inexistente.
La patata tiene un contenido importante de proteínas, incluso superior al de los cereales, un 2,5%, hay que tener en cuenta que esa proteína está justo debajo de la piel, de modo que cuando son consumidas asadas con la piel es cuando mejor se puede aprovechar su contenido en proteínas.
Tiene contenido en fibra, y como vitaminas posee vitamina C y B6, aunque estas desaparecen en la cocción. La patata es rica en potasio, calcio, fósforo, magnesio y flúor, no así tanto en sodio, ya que su contenido es bajo.
Las patatas tienen un bajo aporte calórico, tienen un alto poder sacíante y además son de fácil digestión.
Variedades de patatas
Son miles las variedades de patatas, tanto es así, que cada país tiene una elevada cantidad de variedad de patatas propias.
Algunas de las patatas más comunes en España son Neiker, La Palma, Appacale y Tenerife, dentro de cada una de estas variedades hay bastantes tipos dependiendo de su tipo de cultivo, color y otras propiedades.
En Perú, país de origen de la patatas no encontramos con la siguientes variedades de patata como las más habituales, Amarilla, Blanca, Canchán, Peruanita, Perricholi, Negra, Colorada, Huamantanga, Yungay, Tomasa y Termeña.
Variación de aportes nutricionales según preparación
Nos es muy alto el aporte de kcalorías por cada 100 gramos, alrededor de 80, pero dependiendo de la forma en la que se cocine este valor puede hasta duplicarse o incluso triplicarse, en el caso de las patatas fritas, el aceite que se use para su fritura será el que marcará el aporte de kcalorías.
Las formas de cocinar la patata más sanas es al vapor, a la parrilla o asada al horno.
Para hacernos una idea de la cantidad tanto de kcalorías o grasas a continuación te mostramos cómo van aumentando dependiendo de la forma en que se cocine.
Cuando las hervimos con piel aporta 76kcalorías y 0.1 gramos de grasa.
Asadas al horno aporta 90kcalorías y 0.1 gramos de grasa.
Si preparamos un puré de patata con mantequilla y leche aporta 95kcalorías y 4.5 gramos de grasa.
Cuando las freímos se dispara el número de kcalorías hasta 300 y hasta 13.5 gramos de grasa.
La mayor cantidad de kcalorías y gramos de grasa se presentan en las patatas fritas de bolsa, que suben hasta 570kcalorías y 40 gramos de grasa.
Al freírse no sólo aumentan las kcalorías, sino las grasas saturadas, que no son nada saludables para el organismo.
Selección y almacenamiento
Cuando vamos a comprar patatas, debemos evitar comprar aquellas que tienen brotes o que hay zonas verdes debido a la solanina, un tóxico alcaloide.
Como casi todos los alimentos, necesitan ser guardados en lugares frescos y secos, y si es posible que no tenga exposición a la luz solar.
Como hemos comentado anteriormente, para aprovechar su aporte en proteínas se deben cocer, pero una vez que han sido bien lavadas anteriormente.