Puede que en alguna ocasión hayáis oído que debemos tener cuidado con algunos pescados debido a que acumulan metales pesados, pero ¿que ocurre si lo contienen?, ¿qué pescados lo acumulan?, ¿que consecuencias puede acarrear consumirlos?.
Los metales pesados
Los metales pesados son un grupo de elementos químicos que presentan una densidad relativamente alta y cierta toxicidad para el ser humano.
Muchos de los metales que tienen una densidad alta no son especialmente tóxicos y algunos son elementos esenciales en el ser humano, independientemente de que a determinadas concentraciones puedan ser tóxicos en alguna de sus formas. Sin embargo, hay una serie de elementos que en alguna de sus formas pueden representar un serio problema medioambiental y es común referirse a ellos con el término genérico de «metales pesados«.
La peligrosidad de los metales pesados es mayor al no ser química ni biológicamente degradables. Una vez emitidos, principalmente debido a la actividad industrial y minera, pueden permanecer en el ambiente durante cientos de años, contaminando el suelo y acumulándose en las plantas y los tejidos orgánicos. Además, su concentración en los seres vivos aumenta a lo largo de la cadena alimentaria.
Los metales pesados tóxicos más conocidos son el mercurio, el plomo y el cadmio.
¿Que consecuencias tiene su consumo?
El mercurio interfiere en el desarrollo del sistema nervioso durante la gestación y la infancia, y por ello se recomienda que las mujeres embarazadas o que dan el pecho y los niños pequeños se abstengan de consumir estos pescados. Si se eliminan de la dieta, el pez espada o el atún rojo, este problema desaparece.
La principal consecuencia del consumo de cadmio son daños renales y una mayor fragilidad de los huesos y, como se ha descubierto recientemente, este daño puede ser provocado por una menor cantidad de la que se creía.
En el caso del plomo su ingesta está relacionada con algunos tipos de anemia y son los niños los principales afectados.
¿Como llegan estos metales pesados al pescado?
La incorporación de metales pesados al pescado se produce principalmente debido a los vertidos tóxicos procedentes de la industria al agua donde son absorbidos por pequeños organismos del plácton y de las algas, elementos ambos de los que se alimentan los peces que a su vez son el alimento de peces de mayor tamaño que son los que después nosotros comeremos. Los metales pesados se acumulan en los tejidos grasos y por lo tanto, se encuentran sobre todo en el pescado azul, más que en el blanco. Y cuanto más grande es el animal, más mercurio acumula. Aunque si es necesario insistir en que sería necesario comer una gran cantidad de estos pescados para tener efectos perjudiciales.
¿Que podemos hacer?
Para no renunciar a los beneficios del pescado azul, hay que elegir pescados pequeños.El consumo de boquerón, sardinas, jureles, chicharros, caballas, ofrecen el mejor equilibrio entre un contenido alto en omega 3 y bajo en contaminantes y son la mejor opción para seguir la recomendación médica de consumir pescado dos veces por semana. Mientras que el pez espada puede alcanzar el 0,98 de mercurio, la sardina no supera el 0,02.
Los pescados que presentan mayor acumulación de metales pesados son el atún rojo grande, el pez espada o emperador, el tiburón, la panga y la perca.
Según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) se aconseja:
En mujeres gestantes, lactantes y niños menores de 30 meses se recomienda evitar los de mayor cantidad de mercurio.
Entre niños de entre 3 y 12 años, es aconsejable limitar el consumo de pescado con mayor cantidad de mercurio a 50g a la semana o 100g cada dos semanas
A continuación podemos ver el contenido en mercurio de algunas de las especies que de manera más común están en nuestra mesa:
1. Pez espada – 0.98
2. Atún, albacora (diferentes especies) – 0.35-0.64
3. Mero- 0.46
4. Lubina – 0.22
5. Rape – 0.18
6. Bogavante – 0.17
7. Langosta – 0.07
8. Anchoa – 0.04
9. Salmón – 0.02
10. Sardina – 0.02
11. Merluza – 0.01