En los últimos años se han ido añadiendo poco a poco ciertos ingredientes y aumentando otros que no son especialmente saludables.
Cuando recorremos las estanterías de los supermercados vemos más y más productos, y en muchas ocasiones, no somos conscientes de lo que compramos y por tanto de lo que comemos.
Saber leer bien las etiquetas de los alimentos procesados debería ser parte de la rutina de nosotros como consumidores, para aprender a comer mejor y saber qué es lo que estamos comiendo.
No todas las empresas, pero si algunas, no son tan claras como debieran a la hora de describir en las etiquetas de sus productos cuáles son los los ingredientes que contienen y en qué cantidades.
Te contamos algunos trucos que te ayudarán a identificar ciertos ingredientes que deberías evitar consumir, tanto por tu salud, como por el impacto que tienen en el planeta.
Azúcares que en los zumos envasados
Son muchos los consumidores que piensan al comprar zumo envasado, que están comprando un producto saludable. Nada más allá de la realidad. Estos zumos suelen ser concentrados de frutas que además contienen altas cantidades de azúcares.
En ocasiones podemos comprobar cómo la cantidad de azúcares es alta en la etiqueta. Pero otras veces en ese etiquetado se utilizan otras denominaciones, como son el néctar. Así pues, si ves que el etiquetado del zumo envasado tiene grandes cantidades de azúcares o néctar, es mejor que busques otro. Ya que este no va a ser nada saludable.
Ketchup, mayonesas, refrescos o batidos
En este caso ocurre como con los zumos envasados. Suelen contener grandes cantidades de azúcares, lo cual va a provocar con el tiempo problemas de obesidad e incluso diabetes. La mejor opción es sacar este tipo de productos procesados de la cesta de la compra. Puedes ver en el etiquetado la gran cantidad de azúcares que contienen.
Exceso de sal
Un consumo excesivo de sal puede llevar a problemas de hipertensión. Cuando observamos las etiquetas de los alimentos, no suele aparecer la sal como ingrediente, si no que se esconde con otros nombres como cloruro sódico o sodio.
Si observamos que la cantidad de sal es alta, deberemos buscar otros alimentos que cantidades menores, para evitar una alta presión arterial en nuestro organismo.
La carne en los derivados cárnicos
Hace poco escribimos sobre los derivados cárnicos.
Con respecto a este tipo de alimentos, hay una regla que es clara, cuanta más carne, mayor es la calidad del producto. Esto se debe a que normalmente, el porcentaje de producto que no es carne, suele ser formado de aditivos, almidones de harinas, fécula de patata o glucosa.
Así que si decides comprar derivados cárnicos, compra aquellos que mayor porcentaje de carne tenga. En el etiquetado, puedes observar algunos ingredientes como grasas, proteínas, hidratos de carbono, etc, pues bien, compra aquellos que menor cantidad de este tipo de ingredientes tenga.
Aceite de palma
Este aceite cada vez está más presente en todos los productos de bollería industrial, precocinados e incluso productos para la higiene personal. Este aceite se usa como estabilizante. Si hablamos sobre la salud, debemos evitar consumirlo. En el etiquetado de los productos los podemos encontrar con los siguientes nombres, aceites vegetales, manteca de palma, grasa de palma o grasas vegetales.
Si nos referimos a la salud del planeta, tenemos que saber que en países como Brasil, Indonesia o Malasia, las plantaciones de palma para conseguir aceite de palma están deforestando grandes zonas, creando un problema realmente grave para el medio ambiente. Además, animales como el orangután de Borneo están en peligro de extinción debido a esta deforestación generada por el cultivo de palma.
En Italia está prohibido su uso para la industria alimentaria desde el año 2016.
Lácteos desnatados
Suelen ser la estrella en la lista de la compra, ya que de alguna manera pensamos que nos vienen bien, ya que no nos aportan las grasas que sí lo hacen los lácteos enteros. Pero no somos conscientes que al estar desnatados, han perdido sabor, pero para recuperar ese sabor se le añaden azúcares. Comprueba las etiquetas y verás como aparecen los azúcares añadidos en las etiquetas.
Grasas trans
La mala fama de las grasas trans han traspasado fronteras, y con mucha razón, Estas grasas trans son realmente nefastas para nuestra salud. Además es realmente sencillo identificarlas en las etiquetas de los productos que las contienen. Se denominan como grasas vegetales hidrogenadas, estabilizantes vegetales, grasas trans o ácidos grasos trans.
Proteínas
Hay productos como los patés donde se les añade un exceso de grasas el hidratos de carbono mayores que proteínas. Estos patés no son nada saludables. Hay que comprobar en las etiquetas que el porcentaje de proteínas sea mayor. Por otro lado, vigila que no contenga ni grasas trans, ni grasas vegetales, o lo que es lo mismo, aceite de palma.
Si quieres saber más sobre los patés, puedes leer este artículo, Patés vegetales, la alternativa a patés de origen animal.
La fibra y el pan de molde
En los panes de molde, algo que va a marcar la diferencia es la cantidad de fibra que contenga. A mayor cantidad de fibra, mayor el retraso en la absorción de azúcares, por lo tanto va a minimizar la hidrólisis del almidón, así pues reduce el efecto de las harinas refinadas. De modo que elige aquellos panes de molde con mayor cantidad de fibra. Pero no olvides mirar la cantidad de azúcares añadidos.
Origen de los productos
La mejor manera de tener una alimentación saludable y colaborar en la mejora de la economía local, es consumir productos de proximidad, o kilómetro cero. Podemos comprar pimientos de Padrón que realmente son de Marruecos, marisco que no es de Galicia, si no de Perú, y así un largo etcétera.
Comprar estos productos que vienen de países lejanos en barco o en avión, así pues emitiendo grandes cantidades de emisiones contaminantes. Pero además, no estamos colaborando con la economía local. Así pues, nosotros siempre recomendamos comprar alimentos de kilómetro cero, y de temporada.