La lactancia es una etapa en la que el niño crece de forma más rápida de lo que ocurre en las etapas posteriores como la niñez y es por ello que la alimentación de el lactante es muy importante.
Durante este periodo de desarrollo se producen cambios en la composición del organismo ya que disminuye la cantidad de agua corporal y aumentan otros elementos como son grasas, fósforo y calcio.
No hay que olvidar que existen otros condicionantes como son los factores ambientales, factores genéticos hereditarios que afectan al crecimiento.
Cuando se habla de los factores ambientales hay uno que es el más importante y este es la nutrición y alimentación de el lactante, y hay que tener en cuenta que las necesidades nutricionales van evolucionando y adaptándose durante el crecimiento del niño.
Alimentación de el lactante (0 a 1 año)
La primera etapa en la alimentación del niño va desde lo 0 meses a los 12 meses.
La primera etapa en la alimentación de el lactante va desde los 0 meses a los 12 meses, y dependiendo de las necesidades nutricionales que tenga se dividirá en dos sub etapas diferentes.
De los 0 meses hasta los 4 ó 5 meses en los que la alimentación de el lactante se va a basar de forma exclusiva en leche materna, ya sea lactancia natural o lactancia artificial, para saber más sobre estos dos tipos de lactancia te invitamos a que visites estos enlaces, lactancia natural, lactancia artificial y ventajas de la lactancia natural.
A partir de los 4 ó 5 meses es cuando se empieza a introducir la alimentación complementaria a el lactante, ya que es a partir de esos meses cuando las necesidades nutricionales van cambiando, también las necesidades de agua y además el sistema digestivo y renal tienen un grado mayor de madurez puesto que aumenta la capacidad de excreción del riñón y la capacidad de absorción intestinal.
Necesidades nutricionales de el lactante
La Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria (EFSA) recomienda que en la primera sub etapa de el lactante, que va desde los 0 meses a los 4 ó 5 meses, las ingestas están basadas en los nutrientes y energía que aporta la leche materna.
Proteínas
Durante la lactancia las necesidades de proteína son alrededor de 1,5 gramos por kilo de peso del lactante al día. Durante la primera sub etapa la calidad de la proteína ingerida es máxima, no ocurrirá lo mismo durante la segunda sub etapa ya que las proteínas proceden de la alimentación complementaria.
No hay que sobrepasar los niveles requeridos de proteínas puesto que si se sobrepasan el lactante puede sufrir problemas hepáticos y renales. En el caso de los lactantes que se alimentan durante la primera sub etapa no van tener estos problemas, pero en el caso de los niños que ingieren leche de vaca pueden surgir ya que esta leche tiene una proporción de proteínas cuatro veces por encima de la leche materna.
Las proteína aportan alrededor del 10% de la ingesta de energía del lactante.
Energía
El lactante tiene unas necesidades altas de energía, entre 100-115 kcal/kg/dia, siendo la leche materna la que aporta alrededor del 38% de grasa, un 8% de proteínas y alrededor del 50% de carbohidratos. En el caso de lactancia artificial se deben mantener las proporciones.
Lípidos
Los aportes energéticos de origen lípido suponen alrededor del 50% hasta los 4 ó 5 meses, después deberán ir descendiendo hasta suponer alrededor del 40%.
Carbohidratos
Hasta los 4 ó 5 meses de vida los carbohidratos suponen entre el 32 al 48% de la ingesta, estos valores tienen que ir aumentando hasta suponer entre el 55 60%.
El 38% de esta energía se consigue a través de la leche materna.
En los cuatro primeros meses de vida el aporte de carbohidratos debe representar entre un 32-48% de la ingesta, aumentando paulatinamente hasta llegar al 55-60%.
Las fórmulas infantiles no deben contener almidón puesto que los lactantes presentan un déficit de amilasa cuando nacen, lo que les limita para la digestión de almidones. Deben contener lactosa, y de esta manera simular a la leche materna.
Vitaminas y minerales
La leche materna cubre todas las necesidades de vitaminas y minerales que necesita el lactante, de modo que la leche de fórmula deberá contener niveles altos de hierro y calcio ya que en el caso de la leche materna suponen el 75 y 70% y la leche de vaca suponen un 30 y 20%.
Agua
Las necesidades de agua vienen dadas por el aporte de la leche ingerida.
Son varios los motivos por los que el bebé tiene grandes necesidades de agua ya que la perdida de peso por sudoración se debe a que la piel es más fina, también el hecho de que la superficie corporal es mayor que el peso y que el lactante no ha desarrollado la capacidad para poder concentrar la orina y de este modo poder diluir las sustancias a excretar.
En caso de altas temperaturas, para evitar deshidratación del lactante se le puede dar un suplemento de agua.
Alimentación complementaria
Cuando el lactante tiene cuatro meses es cuando se le empieza a introducir la alimentación complementaria, siendo los cereales el primer alimento gracias a su alto contenido en hidratos de carbono así como energía y en menor medida proteínas, vitaminas, minerales y ácidos grasos esenciales.
Es importante que las papillas con contengan gluten antes de los seis meses de edad.
Alrededor del quinto mes de vida de el lactante y una vez iniciada la ingesta de cereales en la alimentación complementaria, se le empezará a dar papillas de frutas puesto que aportan fibra y gran contenido de vitaminas.
A los seis meses es el momento para introducir verduras y hortalizas, pero dejando las acelgas, espinacas y otras verduras foliáceas para entre los 9 11 meses, ya que tienen un alto contenido en nitratos.
El siguiente paso sería añadir a los purés carne blanca como por ejemplo el pollo.
A partir del noveno mes se puede combinar pescados blancos y carnes y a partir del año de vida se puede comenzar a introducir la leche de vaca, huevo y yogur.
Los huevos hay que cocinarlos muy bien para evitar posibles intoxicaciones debidas a la bacteria de la salmonella.
A continuación una tabla para poder identificar cuándo debemos introducir qué alimentos.
Cereales sin gluten a partir de los cinco meses
Cereales con gluten a partir de los siete meses
Frutas en zumo y en pieza a partir de los cinco meses
Verduras a partir de los 6 meses
Verduras foliáceas (acelgas, espinacas, etc) entre los nueve y once meses
Carne de pollo a partir de los seis meses
Carne cordero a partir de los siete meses
Carne de ternera a partir de los ocho meses
Yema de huevo cocida a partir de los nueve meses
Clara de huevo cocida a partir de los once meses
Legumbres a partir de los diez meses
Pescado a partir de los diez meses
Leche de vaca a partir del mes doce