Intoxicaciones alimentarias
Las intoxicaciones alimentarias son procesos que se producen al consumir alimentos que están contaminados por bacterias, virus, parásitos o alguna toxina producida por estos.
Los síntomas de intoxicaciones alimentarias en bebés se suelen presentar en forma de diarrea, vómitos, irritabilidad del bebé o/y fiebre. Estos síntomas suelen aparece a las pocas horas de haber consumido el alimento en mal estado, y normalmente entre las veinticuatro cuarenta y ocho horas siguientes, deberían desaparecer, aunque en los casos más graves puede durar una semana.
Intoxicaciones alimentarias y el pediatra
Es importante tener presente cómo valorar lo que le está pasando al bebé para que, cuando acudamos al pediatra le podamos contar exactamente qué síntomas ha sufrido nuestro bebé. Debemos acudir al pediatra en cuanto tengamos la mínima sospecha de que nuestro bebé está padeciendo una intoxicación alimentaria.
Si el niño padeciera fiebre, es importante acudir inmediatamente al pediatra si;
Si el bebé tiene dos meses o menos y una fiebre de 38 grados.
Si el bebé tiene entre tres y seis meses y tiene una fiebre de 38,5 grados de fiebre.
Si el bebé tiene más de seis meses y tiene una fiebre de 39,5 grados.
Si el bebé llora mucho y está muy irritable, en ocasiones este síntoma se refiere a dolores abdominales.
Si tiene la barriga más hinchada de lo habitual y está dura.
Si lleva más de tres días con vómitos.
Observa su caquitas, ya que estas pueden contener sangre.
Es muy importante evitar que el bebé se deshidrate, por ello es muy importante tener presente cuáles son los síntomas que pueden mostrar una deshidratación del bebé;
Si lleva más de seis horas que no ha mojado el pañal.
Si la orina presenta un color amarillo más oscuro de lo habitual.
Si cuando muestra síntomas de irritabilidad llora pero no tiene lágrimas.
Si tiene la boca reseca.
Si notas que tu hijo a pesar de seguir teniendo síntomas de intoxicación alimentaria se muestra apático.
Si tiene manos y pies más fríos de lo habitual.
Si ves que sus ojos están hundidos.
Si observas que cualquiera de estos síntomas están presentes en tu bebé acude a urgencias de forma inmediata.
Causas de las intoxicaciones alimentarias
En ocasiones puede resultar complicado conocer cuál es el motivo o el alimento que ha provocado la intoxicación alimentaria. Sólo a través de análisis de sangre o de un análisis de las heces de nuestro bebé podremos saber de qué se trata.
Si, como antes comentábamos, las heces de tu bebé presentar sangre, puede que esté sufriendo una intoxicación debido a una bacteria que pudiera ser, E. Coli, Salmonela o Shiguela. En este caso el pediatra nos indicará el tratamiento a seguir por nuestro bebé.
Tratamiento de las intoxicaciones alimentarias
Este lo haremos bajo la supervisión del pediatra.
En principio trataremos de seguir alimentándole como veníamos haciendo hasta ahora a no ser que el pediatra nos indique otra cosa.
El pediatra puede que nos recomiende una solución para reponer electrolitos, pero será él quien nos indique la cantidad, ya que está varía dependiendo del peso y edad del bebé.
Vuelta a la normalidad
Durante todo el proceso de intoxicación del bebé es fundamental que el pediatra haga un seguimiento continuado.
Una vez que los síntomas hayan remitido, lo ideal es volver cuanto antes a la dieta previa a la intoxicación salvo que el pediatra nos indique otra cosa.
En caso de que el niño tenga falta de apetito durante unos días después de padecer la intoxicación alimentaria, no te preocupes, a no ser que esta falta de apetito se prolongue en el tiempo, ya que lo irá recuperando poco a poco. Pero es importante que el bebé no se deshidrate.
Precauciones para evitar intoxicaciones alimentarias
Las intoxicaciones alimentarias suelen suceder cuando se consumen alimentos en mal estado, caducados, mal cocinados o mal descongelados.
Es importante seguir una serie de recomendaciones para evitar en la medida de lo posible que nuestro bebé pueda sufrir una intoxicación, o incluso que la suframos nosotros.
La higiene alrededor de los alimentos es fundamental, por eso cuando vayamos a manipular alimentos, siempre nos lavaremos previamente las manos con agua y jabón.
No tenemos que olvidar que durante el cambio de pañales de nuestro bebé ponemos nuestras manos cerca de las heces, y eso puede ser una fuente de bacterias, que si no tomamos precauciones, pueden acabar produciendo una intoxicación, de modo, que siempre que cambiemos al pañal de nuestro bebé, nos lavaremos después las manos.
Mantén tanto la encimera como cualquier superficie de tu cocina siempre muy limpia, para evitar que pudieran quedar restos de alimentos que por descomposición pudieran en algún momento entrar en contacto con otros alimentos y producirnos una intoxicación.
No consumas nunca alimentos que estén caducados, o tengan mal aspecto o mal olor.
Cuando vayamos a descongelar un alimento, debemos hacerlo en la nevera, ya que al hacerlo fuera, por la temperatura ambiente pueden llegar a estropearse.
Ten mucho cuidado con los alimentos crudos, intenta no mezclarlos nunca con alimentos cocinados.
Cuando viajes al extranjero no consumas nunca alimentos crudos, ni zumos naturales, sobre todo en países en vías de desarrollo. Tampoco bebas agua del grifo, consume únicamente agua embotellada, y asegúrate de que el precinto no ha sido manipulado.
Cuando prepares el biberón del tu bebé hazlo siguiendo de forma escrupulosa todas las instrucciones.
Si tu hijo es menor de doce meses no le des miel de abeja, de este modo evitarás el riesgo de botulismo.
No siempre podemos tener bajo control todas las circunstancias que se pueden dar para evitar una intoxicación alimentaria, pero al menos llevando a cabo estos consejos básicos, evitaremos al máximo que esto pueda ocurrir.
