Cuando los niños son lactantes y toman el pecho viven una de las experiencias de unión más importantes de sus vidas con la madre. Ese momento debe ser disfrutado por ambos, tanto madre como el bebé.
Existen corrientes que indican que durante el momento de la toma es mejor para el bebé no haya nada que le pueda distraer, y aconsejan no hablar con él, y existen otras corrientes que indican todo lo contrario, que es importante la comunicación de la madre con el bebé, junto con leves acaricias en la mejilla del pequeño. Lo más importante es que el bebé se sienta seguro y cómodo junto a la madre en el momento de la toma, ya que factores de distracción externos puede haber muchos, más aún si la alimentación se hace a demanda y se produce en un lugar público, de modo que el niño se acostumbre a ligeros y suaves sonidos ambientales puede ayudar en la toma de este cuando se produce fuera de un entorno de silencio.
Hablar con los hijos durante la comida
Cuando el niño ya tiene un año de edad empieza a probar nuevos alimentos con texturas diferentes y nuevas para él, así como la temperatura de estos, la atención de los padres en estos momentos de exploración en la alimentación les da seguridad.
Es ahí donde entra el papel de la llamada Alimentación Perceptiva, donde se trabajan diferentes aspectos como son la relación con el entorno, la motivación y el contexto. El hecho de cuidar estos aspectos va a ayudar y mucho al correcto desarrollo del niño así como a su aceptación de los alimentos y por tanto conseguir una dieta variada y sana para él.
Son varios los factores que debemos tener en cuenta para poder llevar a cabo la Alimentación Perceptiva como el ambiente de bienestar, atención especial durante las comidas y hablarle durante la comida.
Cuando comen los niños es muy importante que el lugar donde se va a desarrollar la comida sea habitual para él, un entorno conocido que le transmita tranquilidad, evitar ruidos externos como la televisión, que además les va a distraer.
Tienen que aprender poco a poco a saber que están comiendo y que eso es una rutina diaria.
Hablar a los niños mientras comen es bueno, pero hay que hablarles contándoles qué están comiendo a través de historias o cuentos que les llamen la atención y les motiven para seguir comiendo cualquier tipo de alimento.
La relación verbal y no verbal se hace muy importante durante estos momentos, pues ayuda a generar más lazos aún de complicidad en los padres y los hijos.
Aprender a usar poco a poco los diferentes utensilios como cucharas y platos a través del juego, pero siempre con la responsabilidad del objetivo final que es educar a nuestros hijos en una alimentación sana y equilibrada, así como fomentar la relación y la comunicación entre padres e hijos.