Desde que son pequeños, a nuestros hijos debemos enseñarles una serie de pautas para evitar malos hábitos en la hora de las comidas, conflictos innecesarios y a la vez ayudarles a que adopten unos hábitos alimentarios sanos y equilibrados. Estas pautas deben ir enfocadas hacia su conducta en la mesa, horarios de comida, y alimentos que vamos a comer. Es importante que cumplamos nosotros junto a ellos estas buenas prácticas, porque los padres somos el espejo en el que se miran nuestros hijos.
Algunos trucos para evitar los malos hábitos en las comidas
Nuestros hijos deben saber qué lleva implícito la hora de la comida, es un momento de reunión familiar en el que compartiremos experiencias con ellos y que todos debemos disfrutar.
Enseñar un comportamiento adecuado en la mesa va más allá del “pórtate bien en la mesa”, “no hagas esto o lo otro”. Debemos ser nosotros quienes con nuestra actitud les enseñemos un comportamiento adecuado. La televisión debería estar apagada, para ayudar a que su atención se centre en la comida y en la conversación con los padres. Tampoco debería haber distracciones con el teléfono.
Es importante que a través de las cinco comidas diarias, desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena, su apetito esté regulado, y de esta forma evitar que coman chuches u otro tipo de alimentos no muy recomendados antes de la hora de la comida, y lleguen a esta sin hambre y su comportamiento no sea el más adecuado.
Para que ellos estén preparados para sentarse en la mesa, deberemos enseñarles que tienen que tener todos los juguetes con los que se estén divirtiendo guardados en su lugar correspondiente, para que la totalidad de su atención esté en el momento de la comida.
Antes de sentarnos a la mesa, debemos lavarnos todos juntos las manos, es de vital importancia, que los niños desde muy pequeños aprendan hábitos higiénicos.
Cuando nuestros hijos ya pueden usar cubiertos a la hora de la comida, debemos enseñarles su uso. Los niños no deberían comer con las manos o hablar con la boca llena. Pero para enseñarles estos comportamientos no hace falta llegar a una guerra con ellos, a través de juegos, comunicación y premios como una sonrisa o un “Bien hecho” ayudan a que comprendan y adopten buenos hábitos en la mesa.
Durante la comida, debemos acostumbrar a nuestros hijos a comer siempre con agua o zumos naturales, nunca con zumos o refrescos azucarados, ya que el agua es la bebida más sana y que mejor sacia la sed.
La alimentación infantil, siempre deber ser sana, equilibrada y variada, que les aporten todos los nutrientes y minerales que necesiten así como la energía necesaria para afrontar el día.
La alimentación infantil debe ser variada y que despierte el apetito en nuestros hijos. Como nosotros, ellos también tienen sus alimentos favoritos, pero no por ello, deben de dejar de comer otros alimentos, así que para evitarnos problemas y hacerles más atractivas las comidas, una buena práctica es decorar los platos y hacer figuras divertidas con la comida.
La hora de la comida debe ser un momento de unión entre hijos y padres, y con paciencia y buena voluntad es posible conseguir evitar los malos hábitos. Lo que aprendan de pequeños les será muy útil en el futuro.