No son pocas las ocasiones en las que por diversas situaciones acabamos tirando alimentos, y es precisamente esto lo que tenemos que evitar.
Lo primero que debemos saber es que no todos los alimentos se conservan de la misma manera, y que no todos los alimentos tienen la misma duración. Así, algunos pueden durar mucho más tiempo que otros.
La razón por la que los alimentos se estropean y dejan de ser comestibles es por los microorganismos patógenos. Estos son los que provocan que los alimentos alteren su estado y se lleguen a podrir. Hablamos de bacterias y hongos.
Durabilidad de los alimentos
Las bacterias se encargan de degradar las proteínas que contienen los alimentos, convirtiéndolos en alimentos que no son aptos, en ningún caso, para el consumo.
Los hongos se encargan de crecer en los alimentos hasta hacer aparecer moho en alimentos como frutas, verduras, pan, etc.
Como hemos comentado un poco más arriba, la duración de los alimentos no es la misma para todos, así los llamados alimentos frescos duran menos que el resto de alimentos. Dentro de estos alimentos perecederos nos encontramos con la fruta, verdura, huevos, carne y pescado.
Conservar los alimentos
Conservar los alimentos es como mantenernos jóvenes, se trata de una lucha contra el tiempo, siempre hay que ganar tiempo para que los alimentos duren más y en mejor estado.
Algo que debemos tener presente es la influencia de la temperatura en la conservación de los alimentos. Cuando dejamos alimentos a temperaturas entre 5 y 65ºC, las bacterias van duplicando su presencia en esos alimentos cada poco minutos, así que si no mantenemos los alimentos a las temperaturas que mejor les viene, el riesgo de que se estropeen debido a la contaminación por patógenos es más elevada.
Mantener un higiene básica con los alimentos, también ayuda a que no se estropeen debido a bacterias como el Eschirichia coli o la Salmonella. Además estas bacterias son un riesgo muy alto para nuestra salud.
Consejos para que los alimentos duren más
A continuación te contamos algunos consejos para que consigas que tus alimentos duren más y se conserven en mejor estado.
Organización de los alimentos en la nevera
La nevera o frigorífico tiene diferentes secciones, donde la temperatura varía entre los 0 y los 5ºC, así que debes organizar los alimentos teniendo en cuenta esas temperaturas.
La carne y el pescado siempre se conservan mejor en la primera balda. En la balda de en medio, podemos poner los embutidos, huevos y alimentos que ya estén preparados.
A continuación, es decir, debajo, debemos poner frutas y verduras. Y por último, en la puerta, colocaremos la leche, mantequilla y mermelada.
Tenemos la mala costumbre de querer meter el máximo de cosas en el mínimo espacio. En algunos casos eso puede ser positivo, pero si hablamos organizar los alimentos dentro de la nevera, esa no es la mejor idea.
Esto se debe a que debemos dejar que circule el aire entre los alimentos para disminuir el riesgo de deterioro de estos. Los alimentos también necesitan respirar.
Organización de los alimentos en despensas
Es bastante normal que asociemos la idea de un entorno frío con una mejora de las condiciones de conservación de los alimentos, pero no siempre tiene por qué ser así. De hecho muchos alimentos lo que necesitan es ser almacenados en lugares frescos y secos y donde la luz del sol brille por su ausencia. Si ponemos en el frigorífico alimentos como los tomates, aceite o patatas las probabilidades de que les crezca moho son muy altas.
Así pues, lo que necesitamos es una despensa, que sea amplia, seca y fresca, y que por supuesto, tenga una buena ventilación. En esta despensa podemos conservar alimentos como las galletas, el aceite, café, harinas, conservas, etc. Pero también debemos hacer como en la nevera, dejar que los alimentos respiren, para que su conservación sea mucho mejor.
Frutas
Como comentamos al principio de todo, la duración de los alimentos no es igual. En el caso de las frutas, no todas maduran a la vez, y por este motivo no es necesario que se conserven en la nevera. Si las dejamos envueltas en papel de periódico en un lugar fresco y seco que impida la entrada de oxígeno, conseguiremos que nos aguanten más.
En el caso de las manzanas y los plátanos, debemos mantenerlas alejadas de otras frutas, ya que emiten gas etileno. Este gas es un compuesto que acelera el proceso de maduración, por lo que podría afectar a todas aquellas frutas que se encontraran al lado.
Así pues, plátanos fuera de la nevera, pues rápidamente cogen ese color negro. Sin embargo, manzanas y peras, donde mejor se conservan es en el frigorífico.
Proceso de congelación
Congelar alimentos es la mejor forma de mantener los alimentos alejados de las bacterias y hongos. Y esto se debe a que cuanto menores son las temperaturas, la acción microbiana es menor, y en el caso de la congelación es casi nula. En el momento de la descongelación, los microorganismos se vuelven a multiplicar.
Para llevar a cabo un proceso de congelación correcto, lo mejor es colocar los alimentos en envases que sean herméticos. Congelar por porciones y no grandes cantidades. Y por supuesto, llevar una traza del tiempo que lleva congelado el alimento en cuestión. Para esto, lo mejor es anotar en una pegatina la fecha en la que se congeló el alimento.
Proceso de descongelación
Si creemos que el proceso de congelación es importante no lo es menos el proceso de descongelación.
Cuando saquemos un alimento del congelador para descongelarlo, lo que debemos hacer es meterlo en la nevera y que se descongele poco a poco ahí. Esta es la mejor manera de evitar el riesgo de contaminación, que puede haber si lo hacemos a temperatura ambiente.
Si lo que deseamos es utilizar el microondas, siempre conviene descongelar en piezas pequeñas. Si no lo hacemos así, corremos el riesgo de encontrarnos con zonas del alimentos que parecen que se han cocido, y otras zonas que aún siguen congeladas.