En varias ocasiones hemos hablado cómo identificar si lo que comemos es sano o no. Y es que no son pocas las veces que pensando que estamos alimentándonos de forma saludable, si analizamos los ingredientes, vemos que no son tan saludables como parecen, debido a su contenido en grasas trans.
Un sencillo ejemplo son las ensaladas a las que se les añaden salsas tipo césar. Una ensalada que en principio resulta saludable gracias a sus ingredientes como pueden ser lechuga, tomate, atún, etc, si añadimos una de estas salsas, ya no va resultar tan sana, y esto se debe a que este tipo de salsa contienen grasas saturadas y azúcares.
De modo que saber identificar qué ingredientes no son saludables, podremos reducir las grasas trans en nuestra dieta diaria.
Qué son las grasas trans
Estas grasas son el resultado de una modificación a través de procesos industriales de aceites vegetales al solidificarlos y convertirlos en grasas sólidas. A este proceso se lo conoce como hidrogenación.
Una ingesta continuada de este tipo de productos resulta bastante dañina para nuestro organismo.
Las grasas trans son las principales responsables de elevar el conocido colesterol malo y reducir el colesterol bueno, perjudicando gravemente nuestra salud cardiovascular.
Son varias las enfermedades, a parte de las cardiovasculares, que se asocian al consumo habitual de grasas trans. Hablamos de una mayor de incidencia en cáncer o pérdida de memoria.
Grasas trans en los ingredientes que comemos
Si hablamos de alimentos que contienen grasas trans, tenemos que hacerlo de aquellos alimentos procesados de manera industrial, es decir, que hayan pasado por un proceso de hidrogenación.
Así pues, los productos más comunes con estas características son todos los relacionados con la bollería industrial, como son las galletas, cereales, barritas de cereales o margarinas.
Pero además, estas grasas trans las podemos encontrar en otros alimentos procesados que no son dulces. Hablamos de pizzas precocinadas, patatas fritas ultra congeladas, hamburguesas, y hasta las palomitas de maíz. También se encuentran el los conocidos Nuggets, pescado precocinado, empanadillas y croquetas.
Como ves, estas grasas pueden estar presentes en desayunos u otras comidas, si no llevamos una alimentación sana. De nada sirve desayunar un baso de leche, con fruta o zumo de naranja, si a este le añadimos cereales o bollería industrial.
Hay varias maneras de identificar a través del etiquetado de estos productos, cuáles son los que contienen grasas trans. Un simple vistazo a las etiquetas que los visten nos lo van a desvelar.
Si leemos en estas etiquetas palabras como, aceites parcialmente hidrogenados, ácidos grasos trans, mantequilla, margarina, aceites vegetales hidrogenados o simplemente aceites hidrogenados, no deberíamos consumirlos nunca.
Reducir las grasas trans al cocinar.
Como hemos visto más arriba, si lo que queremos es reducir las grasas trans cuando cocinamos o preparamos platos, hay que fijarse bien en los ingredientes que usamos.
La mejor solución es utilizar una serie de ingredientes de los que sabemos con certeza que no contienen estas grasas. Hablamos de alimentos como productos frescos, dejando de lado los productos que han sido procesados.
Si preparamos en casa alguna fritura, tenemos que evitar al freir, que la temperatura supere los 180 grados, pues es a esta temperatura cuando, debido al calor, se pueden modificar los alimentos y generar grasas trans. Algo que nunca se debe hacer es reutilizar el aceite más de tres veces, ya que el aceite que nunca se ha usado para frituras aguante mejor las altas temperaturas.
Evitar comer cereales con azúcares, de colores, etc. Es mejor reemplazarlos por la avena. Además, la avena mantiene los niveles de glucosa estables, evitando que nos entren las ganas de picar entre horas.
A la hora del desayuno, es habitual el uso de margarinas o mantequillas con una tostada. Puedes utilizar queso fresco, ya que este es muy bajo en sodio y grasas.
No hagas uso de salsas preparadas. Es mejor que las hagas tú en casa utilizando productos naturales.
Si sueles utilizar productos congelados, conviene que los congeles tú en casa, manteniendo la cadena de frío, en vez de comprar alimentos ultra congelados.
Basa tu dieta habitual el frutas, verduras, pescado y en menor medida carnes blancas, bajas en grasas.
Como ves, no es tan difícil conseguir cocinar evitando las grasas trans si utilizamos ingredientes naturales no procesados, y ponemos atención en el etiquetado de los alimentos.