Con toda seguridad, en ocasiones empiezas a comer un alimento, y por algún motivo que desconoces, no puedes parar de comerlo. Digamos que estás comiendo un alimento que engancha, que produce adicción. No te sientas mal, es algo que pasa a todo el mundo. A continuación te contamos cuáles son los alimentos que más enganchan. Verás que todos ellos tienen algunas características en común.
Alimentos que producen adicción
Pizza
Suele ser uno de los alimentos preparadas de los que se debería de huir. El motivo principal es que contiene gran cantidad de harinas refinadas, altos contenidos en grasas saturadas, y desde luego no es el mejor alimento. Además en muchas ocasiones, se comen para cenar, provocando digestiones muy pesadas. Por supuesto, ya no es cuestión de ganar peso, si no de evitar alimentos que realmente son nocivos para la salud.
En cualquier caso, la pizza es uno de esos alimentos que enganchan, que normalmente sólo se dejan de comer una vez te sientes casi empachado.
Si hablamos de las pizzas, son los carbohidratos refinados y las grasas, ya que una vez, incluso antes de morder la primera porción, el cerebro tiene una sensación de retribución. Es decir, estimula la liberación de dopamina causando euforia, y de este modo se está reforzando ese comportamiento.
Hamburguesas
Dentro de la conocida como comida basura, hamburguesas y pizza van de la mano, muy de la mano. Cuando sabemos que tenemos vía libre para comer o cenar un tipo de comida no sana, lo primero que se nos viene a la cabeza es la pizza o hamburguesa.
Con la pizza sucede que hay tantas porciones, que muchas veces la última nos la comemos por no dejarla ahí. Sin embargo, las hamburguesas pueden dejarte cierta sensación de quiero más. Sin olvidar que las hamburguesas no las comemos solas, pues las solemos acompañar de patatas fritas, el pan y algún refresco con alto contenido en azúcares. No sólo es una bomba calórica adictiva, es la madre de todas las bombas calóricas con alto contenido en grasas saturadas.
En el caso de las hamburguesas, nos encontramos como con las pizzas, la misma sensación de retribución, la misma liberación de dopamina y el estado eufórico que nos produce y refuerza el seguir comiendo hamburguesas.
Chocolate
El gran pecado capital en términos de alimentación al que muy poca gente es capaz de escapar. Sí, cuando abrimos una tableta de chocolate, pensar que sólo vamos a comer una onza es una especie de utopía. Después de la primera, aún la culpa no ha hecho acto de presencia, pero a partir de la tercera, empezamos a pensar que de perdidos al río. No sólo es cuestión de culpa, si no también de salud.
¿Por qué esa irresistible adicción al chocolate? Pues bien, cuando comemos chocolate, nuestro organismo libera pequeñas cantidades de anandamida, que nos proporciona una sensación muy relajante. De modo que nuestro cerebro lo recuerda, y quiere volver a esa sensación.
Tarta
Este es otra de las grandes adicciones. Son tantas y de tantos sabores, que todo el mundo tiene adicción a una en concreto. Lo bueno y lo malo es que, por un lado, se suelen comer únicamente en celebraciones, o algún café a veces. Lo malo es que hay que compartirla, y siempre miramos con ansiedad si alguien no quiere el trozo que nosotros estamos deseando.
Lo que ocurre con las tartas es lo que ocurre con la gran mayoría de los dulces, que son carbohidratos de absorción lenta y que tienen un índice glucémico muy alto. De modo que el azúcar se libera de forma muy rápida, pero también desaparece rápidamente. Es como si nos metiésemos un chute de azúcar, en breve vamos a querer/necesitar otro chute.
Galletas
Muchos desayunos van acompañados de galletas, y en ocasiones, cuando vemos que el paquete se está acabando, lo lamentamos, a pesar de que es bastante probable que ya estemos medio empachados. Esta es una adicción que en muchos casos adoptamos desde muy pequeños.
No debemos olvidar que las galletas contienen gran cantidad de azúcares, grasas saturadas y un porcentaje muy alto, llevan aceite de palma para su elaboración, ¿Quieres saber más sobre este aceite? Aceite de palma, ¿Nocivo para la salur? Mejor evitarlo.
Las galletas están elaboradas con harinas refinadas, mantequilla, grasas saturadas y azúcar. Otra bomba de relojería. De nuevo, vamos a tener picos de azúcar, es decir, un índice glucémico alto y vamos a tener el deseo irrefrenable de querer más y más galletas y su consiguiente aporte de azúcar.
Helado
Los helados son para el verano, pero te habrás fijado que en los últimos años ya no sólo están disponibles en esta época del año, si no que los podemos ver presentes en las cámaras frigoríficas de cualquier supermercado durante todo el año.
Lo mejor es comerlos únicamente en verano, y de forma muy puntual, pues tienen un alto contenido en grasas saturadas y azúcares. Si abres una tarrina de medio litro de tu helado favorito, las posibilidad de que acabes o casi con ella, y a continuación empieces a sufrir un leve o no tan leve empacho. Así que mejor que te alejes de las tarrinas de helado y te compres sólo uno, aunque no sea lo más sano, así no abusarás en exceso.
El helado, como dulce que es, cuando lo comemos, estamos activando en nuestro cerebro, debido a los azúcares que contiene, mecanismos de recompensa, así pues seguimos comiendo, por que el cerebro sigue buscando ese efecto.
Patatas fritas
Junto con el chocolate se llevan la palma de la adicción. Abrir una bolsa de patatas fritas y desear que nunca se acaben. Sí, ese es otro síntoma de adicción a un alimento. Además con las patatas fritas sucede que hay tantos tipos, que la adicción se ramifica hacia los diferentes colores y sabores que la industria nos ofrece.
Son varios los factores que influyen para hacer de las patatas fritas las reinas de la adicción.
Por un lado, la patata como tubérculo que es, contiene endocannabinoides, que nos generan una agradable sensación de bienestar. Pero no sólo eso, si no que estos endocannabinoides provocan en el organismo la necesidad de ingerir grasas, cosa que no es saludable. Y añadido a esto, se encuetra la sal, que es un importante potenciador de sabor. Así pues todo junto en las patatas las convierten en altamente adictivas.
Queso
Este es uno de los placeres que no lo son tanto para el 100% de la población. Pero si te gusta el queso, ya sea en lonchas, tacos o trozos de cualquier tipo de corte, seguramente en más de una ocasión has sentido que no podías parar de comerlo.
Si abres una cuña de queso, o un queso entero, es probable que cortes más de lo que realmente te apetece, y además, cada trozo que te comas, lo acompañes con pan. Sí, le pasa a mucha gente, y es que el queso también es adictivo.
Las culpables de no poder dejar de comer queso se llaman casomorfinas. El queso contiene grandes cantidades de esta sustancia, que lo que hace es generar una sensación muy placentera de bienestar.
Picante
Son muchas las personas reacias a comer picante, que no les gusta en absoluto. A diferencia del chocolate y las patatas fritas cuyo espectro de consumidores es muy amplio, el picante tiene un público más reducido.
Pues sí, a quienes les gusta la comida picante, cuando lo prueban tienen la sensación de querer más y más, a pesar de los litros de agua que estén bebiendo para paliar sus efectos.
Hay que recordar que el picante se usa mucho en países muy cálidos y pobres pues es un perfecto conservante, además elimina muchas bacterias.
El picante, básicamente lo que hace es estimular las neuronas sensoriales neutralizando el dolor. Así que cuando comemos cosas picantes, debido a la acción de las neuronas sensoriales se liberan endorfinas y opioides generando gran placer y muchas ganas de seguir comiendo picante.