El mal aliento es el nombre común a la halitosis. Es un trastorno que afecta a la mayoría de las personas en algún momento de su vida por diferentes causas, aunque suele ser bastante común que se deba a una deficiente higiene bucal, ya que esta facilita la acumulación de bacterias produciendo sustancias que provocan malos olores. También se puede deber a síntomas de otro tipo de patologías. La alimentación en este caso, también es un factor determinante.
Cuales son las causas de el mal aliento o halitosis
Algunas de las causas de la halitosis son el padecimiento de ciertas enfermedades como la diabetes, infecciones de pulmón, problemas del hígado, sinusitis o problemas gastrointestinales.
El consumo de algunos medicamentos tienen efectos secundarios como la sequedad bucal, que crea mal aliento.
Desde luego que hay ciertos productos como el café, alcohol y tabaco que mantienen un mal olor bucal, pero otros alimentos como la cebolla y el ajo también se les relaciona con la halitosis.
La acetona es un factor derivado de una alimentación pobre en hidratos de carbono.
Si tenemos una dieta donde el consumo de hidratos de carbono es muy limitada, puede llegar a provocar halitosis debido a la falta de nutrientes que nos aportan los cereales, el arroz, legumbres, pan o pasta usados por el organismo para conseguir la energía necesaria. Cuando se metabolizan esas grasas se aumentan las cetonas tanto en la sangre como en la orina, si se eliminan algunas cantidades de cetona, es cuando se produce ese mal olor.
Pero de todas las causas, la más común es la falta de higiene bucal, lo que provoca un gran número de bacterias en la boca que producen ácidos y otros compuestos, siendo estos los responsables del mal aliento o halitosis.
Qué hacer contra el mal aliento o la halitosis
Como hemos comentado anteriormente, uno de los motivos más comunes de la halitosis es la falta de higiene bucal, de modo que uno de los remedios que tenemos que llevar a cabo es mejorar esos hábitos de higiene bucodental.
Debemos cepillarnos los dientes al menos tres veces al día, y después de cada comida, para evitar la acumulación bacteriana, y mantener sanos los dientes y encías. Para esos lugares de la dentadura donde el cepillo de dientes no llega, debemos usar hilo dental, siempre teniendo cuidado de no dañar las encías. Visitar al dentista una vez al año, nos ayudará a mantener una dentadura sana, y además nos ahorraremos dinero, pues evitaremos llegar a situaciones muy costosas debido a un mal mantenimiento de nuestra dentadura.
Si nuestros hábitos bucodentales son los correctos, es posible que el origen sea otro. El tabaco, alcohol y café no son buenos amigos del buen aliento, se deben eliminar.
Otros alimentos como la cebolla y el ajo favorecen la halitosis, de modo que un consumo más moderado puede ayudar a eliminar el mal aliento.
La boca seca también favorece la aparición del mal aliento, así que hay que tomar medidas que favorezcan la salivación como masticar chicle, beber agua frecuentemente, beber zumos de cítricos y tomar ensaladas.
Si lo que produce la sequedad de boca es algún medicamento, siempre se puede consultar al médico por si se pudiera sustituir por otro.
Remedios caseros contra el mal aliento o la halitosis
Tomar caramelos de menta sin azúcar de forma habitual ayuda a mejorar el aliento.
Después de comer se puede preparar una infusión de hierbabuena. Otras hierbas como el eucalipto, salvia, tomillo o romero también ayudan a evitar el mal aliento, preparando infusiones como la de hierbabuena.
Si debido a ciertas circunstancias no nos podemos cepillar los dientes después de comer, masticar chicle de menta o hierbabuena sin azúcar va a ayudar para evitar el mal aliento.
Evitar pasar mucho tiempo sin comer, se recomienda hacer cinco comidas al día, comer fruta entre horas además de sano ayuda a evitar la halitosis.
Si el mal aliento es debido a algún tipo de dolencia digestiva, las infusiones de hinojo, menta poleo, manzanilla o anís son los mejores remedios.
Si a pesar de todo, el mal aliento persiste, se debería visitar al médico para procurar un análisis más profundo.